Cerveza densa obscura y robusta de cuerpo y carácter pleno, con espuma compacta y cremosa y, sabor seco derivado de granos profundamente tostados, finalizando con un aroma y notas a café y chocolate.
Origen del Estilo
El origen del estilo comienza originalmente con las Russian Imperial Stout. Cuenta la leyenda que el futuro Zar del Imperio Ruso, Pedro el Grande, había quedado cautivado por las cervezas del tipo Porter después de una larga temporada de estudios en Inglaterra.
Años más tarde de vuelta a su país, esto lo había motivado a solicitar que estas cervezas le fueran enviadas hasta la Corte Imperial Rusa. Pero cuando el primer envío se estropeó debido al largo viaje y las extremas condiciones climáticas, los cerveceros ingleses habrían modificado rápidamente la receta para elaborar esta vez una cerveza (estilo porter) con mayor contenido alcohólico y más lúpulo (agentes bactericidas naturales) para que pudiera sobrevivir sin estropearse durante el largo trayecto y las gélidas temperaturas del Báltico.
Posteriormente el término “Imperial” vendría más tarde hacia 1821, siendo utilizado originalmente para denominar esta variación fuerte como “Imperial Porter”, un par de años antes de que las cervezas Stout comenzaran a ser diferenciadas como estilo propio .
A partir de ese entonces y hasta nuestros días el término “Imperial” sigue siendo utilizado para denominar a las versiones más fuertes y alcohólicas de los estilos tradicionales.
Maridaje sugerido
El estilo de cerveza al tener aromas y sabores fuertes marida muy bien con carnes a la parrilla, pescados ahumados, mole, quesos curados y postres, en especial aquellos que armonicen con las notas a chocolate como trufas, brownie o un pastel de mousse de chocolate con frambuesa.
Historia detrás del nombre
Las locomotoras a vapor tenían alma, los maquinistas se enamoraban de ellas, respetaban y cuidaban a sus “negras”; les platicaban, las limpiaban y engrasaban constantemente con sus bronces brillando para presumirlas orgullosos. Las negras consentidas fueron y vinieron por más de un siglo por los rieles de la patria.
Los días del vapor eventualmente terminaron y sus locomotoras fueron irremediablemente sustituidas; en el último viaje, con lágrimas en los ojos, los maquinistas entre familia y amigos despedían a sus máquinas brillantes con fiesta y mariachis hasta que terminaba el último vapor de su silbato; así, la máquina moría entre flores, música, lágrimas y aplausos.